Es más que el monumento que corona la cima de la montaña y sus imponentes vistas sobre la ciudad. Se trata de los espacios a nuestro encuentro mientras ascendemos, rutas para bici, senderismo, merenderos, restaurantes y la arquitectura prerrománica.
Callejear por Oviedo es disfrutar de paisajes, esculturas ¡cuántas esculturas hay!, su arquitectura, una gente encantadora y sobre todo, de sus parques y plazas.
Descubrimos una escapada a la naturaleza en pleno centro de Oviedo, los Jardines de la Rodriga.
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